#81 El mundo de los alcohólicos es un mundo bastante aterrador. Un amigo mío trabajó durante varios años en un bar y vio cosas bastante perturbadoras. Yo estaba un día en que a las diez-once de la mañana bajó uno en el descanso del curro, se metió dos cubatas en 15 minutos y volvió a subir, y él me habló de gente que baja con un vaso de café grande estilo Starbucks vacío y le pide que le meta ahí un cubata para pasar la mañana, y otros que a la que salen del curro no paran de beber hasta que tienen que ayudarles a llegar a casa.
Portada
mis comunidades
otras secciones
#51 Esto me me trae a la mente a un dentista al que me llevaron mis padres en varias ocasiones, y que se supone que era 'de lo mejorcito' de la localidad.
Recuerdo que su despacho era lúgubre y siempre en penumbras. Y en una ocasión me extrañó divisar bajo su mesa-escritorio unas tres o cuatro bolsas del supermercado repletas (exclusivamente) con botellas de whisqui, coñac y licores varios.
A mi mente infantil le sorprendió más que nada ver ¡tantas botellas juntas! Aunque en ese momento tampoco le di más vueltas.
Años más tarde conocí en el instituto a un hijo de dicho dentista, el cual en una ocasión nos confesó abiertamente y sin tapujos que su padre era un alcohólico empedernido que se pasaba bebido prácticamente las 24 horas ... y en ese justo instante 'me cuadró' lo de 'las bolsas al por-mayor'.